Prosalus es una ONGD que trabaja desde 1985 por la promoción de la salud en Bolivia, Perú y Mozambique. Partimos de la convicción de que cualquier persona, por el hecho de serlo e independientemente de su raza, credo, sexo, nacionalidad, lugar de residencia, estado civil o cualquier otra circunstancia, tiene un conjunto de derechos que son universales, inviolables e inalienables, entre los que se encuentran el derecho humano a la salud, a la alimentación y al agua.



7 abr 2012

La buena salud añade vida a los años

Nuestro envejecimiento depende de nuestros hábitos de vida. Son muchos los elementos que determinan e influyen en nuestra salud, pero sobre todo son las condiciones en las que nacemos, crecemos, vivimos y envejecemos las responsables de una buena o mala salud. Y estas condiciones dependen de muchos factores: políticos, sociales, ambientales, económicos… Además, la esperanza de vida aumenta cada año. Ahora vivimos más, pero ¿vivimos mejor?

El 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud y el lema de este año es "La buena salud añade vida a los años". La OMS recomienda que se adopte un estilo de vida saludable a lo largo de toda la vida, con el fin de mantenerse sano y paliar la discapacidad y el dolor en la vejez. La prevención, la detección precoz, el tratamiento de enfermedades y los entornos adaptados a las necesidades de las personas mayores mejoran su bienestar.

En el siglo XXI, la salud está determinada por los grandes cambios sociales. Una de las transformaciones sociales más importantes es el envejecimiento de la población. En 1910, la esperanza de vida de una mujer chilena era de 33 años, mientras que hoy, apenas un siglo más tarde, es de 82. Este considerable aumento de la esperanza de vida, de casi 50 años en un siglo, se debe en gran parte a las mejoras en la salud pública.

Se calcula que en los próximos cinco años, por primera vez en la historia de la humanidad, el número de personas mayores de 65 años superará al de niños menores de cinco años. En 2050, habrá más personas mayores de 65 años que niños menores de 14 años. Pero además, hay un dato importante: los estudios de población indican que el cambio demográfico será más rápido e intenso en los países con ingresos bajos y medianos. Por ejemplo, fueron necesarios 100 años para que el porcentaje de la población francesa mayor de 65 años pasara del 7% al 14%, sin embargo países como Brasil y China tardarán menos de 25 años en alcanzar el mismo crecimiento.
El término de determinantes sociales de la salud no siempre es fácil de entender, pero hay ejemplos muy reveladores como que la desnutrición intrauterina puede aumentar el riesgo de enfermedad en la vida adulta, en particular de enfermedades del aparato circulatorio y diabetes; las infecciones respiratorias en la infancia pueden aumentar el riesgo de bronquitis crónica en la edad adulta; o los adolescentes obesos o con sobrepeso corren el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como la diabetes, enfermedades circulatorias, cáncer, trastornos respiratorios y osteomusculares, en la edad adulta.

No hay duda de que la mejor vacuna para una buena salud es el respeto a los derechos humanos y la reducción de las desigualdades sociales. Hace ya algunos meses que Prosalus y Cruz Roja han puesto en marcha el proyecto de sensibilización e incidencia “Comprendiendo el derecho humano a la salud: la importancia de los determinantes sociales de la salud” para mostrar la necesidad de incidir en los determinantes sociales y trabajar desde un enfoque integral en la protección de la salud. Muy pronto se hará el lanzamiento oficial de la campaña, con la web y la exposición como caras visibles de este proyecto. La salud es, ante todo, un derecho humano fundamental e indispensable para el ejercicio de los demás derechos humanos y depende, a su vez, del resto de ellos.

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