Prosalus es una ONGD que trabaja desde 1985 por la promoción de la salud en Bolivia, Perú y Mozambique. Partimos de la convicción de que cualquier persona, por el hecho de serlo e independientemente de su raza, credo, sexo, nacionalidad, lugar de residencia, estado civil o cualquier otra circunstancia, tiene un conjunto de derechos que son universales, inviolables e inalienables, entre los que se encuentran el derecho humano a la salud, a la alimentación y al agua.



22 may 2012

Asamblea-Café de Prosalus

Cada vez son mayores las demandas sociales de diálogo y participación. Dice el profesor Marcial García, de la Universidad de Málaga, que “las personas no son objetos de cambio sino sujetos del cambio… y por tanto es necesario activar procesos de comunicación dialógicos y participativos”.

No siempre tenemos la oportunidad de juntarnos, de discutir, de proponer y de pasar un buen rato… La mañana del sábado Prosalus celebraba su asamblea, pero esta no fue una asamblea normal. El tiempo de los informes y de las cuentas se aceleró, o mejor dicho se adelantó por correo electrónico para poder disfrutar del mayor tiempo posible para participar en un taller de creatividad.

Junta directiva, socios activos y personal de Prosalus nos pusimos manos a la obra para estrujarnos el cerebro, soltarnos la melena y dejar los miedos aparcados durante un rato, para idear entre todos nuevas formas de llegar a más gente, de dar a conocer nuestro trabajo, hacerlos partícipes y ampliar nuestra base social.

Dos preguntas marcaron el camino: ¿cuáles son las motivaciones que llevan a una persona a acercarse a una ONG? y ¿qué puede ofrecer Prosalus a un nuevo socio? Las motivaciones son variadas: solidaridad, sentirse útil y sentirse parte de algo, luchar contra las desigualdades… En cuanto a los valores que puede ofrecer Prosalus, algunos de los que se mencionaron fueron la independencia y la aconfesionalidad, la responsabilidad, el prestigio dentro del sector y la cercanía… es lo que tiene ser una ONG pequeña.

Después de tanto pensar necesitábamos un descanso: café, zumito y las galletas rellenas de todas las asambleas ¡qué ricas! Recuperadas las fuerzas volvimos a reunirnos para pensar qué hacer. Este era el momento de desinhibirse, de proponer sin censuras previas y de atreverse. Muchas ideas, unas más locas que otras, pero todas ilusionantes, nos sirven de guía a partir de ahora.

Aún nos queda darles una vuelta y pensar cómo llevarlas a cabo, pero el ejercicio fue una excelente experiencia de construcción colectiva. La mañana se pasó volando y las ilusiones encontraron alas con las que poder avanzar.

Gracias a todas las personas que pudieron asistir y participar!!


2 comentarios:

  1. me parece fenomenal!! ya compartiréis las conclusiones. Besos!

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  2. Entre tantas ideas recogidas en el acta de la Asamblea, seguro que habrá alguna que sea posible realizar, sin un gran coste y que tega resultados,

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