Según cifras de Defensa Civil las lluvias han dejado un balance de casi 38.000 damnificados, el 60% de los cuales lo han perdido todo. Sin embargo otras fuentes cifran en 100.000 los afectados. Asimismo, 5.000 viviendas han sido destruidas y 7.000 afectadas. Mientras que en la agricultura ascienden a 17.000 las hectáreas dañadas. El presidente de la región de Cuzco, Hugo Gonzales, estimó que "las pérdidas se traducen en casi 250 millones de dólares y el turismo, la mayor fuente de empleo en la región, pierde casi un millón de dólares diarios, lo que se agrava por el aislamiento de la ciudadela inca de Machu Picchu".
El Gobierno oficializó el martes el estado de emergencia para los próximos 60 días, tanto en Cuzco como en Apurímac y confirma la muerte de 20 personas. El servicio de agua potable que procede de la pampa de Andahuaylillas se colapsó, al igual que numerosos puentes y carreteras que resultaron cortados. Las casas, en su mayoría de adobe, se desplomaron y muchos riachuelos se desbordaron convirtiéndose en grandes torrentes de agua, que arrastraban lodo y piedras.
En total se rescataron unos 4.000 turistas entre Aguas Calientes y Machu Picchu, que fueron evacuados en helicópteros. Muchos criticaron problemas de organización y algunos incluso denunciaron que al principio sólo fueron evacuados en helicópteros aquellos dispuestos a pagar por el viaje.
Desde la Asociación ARARIWA, uno de los socios locales con quien trabaja Prosalus nos dicen que “los daños y destrozos causados por las incesantes lluvias, en las casas, cultivos, animales, vías y medios de comunicación son catastróficos, a tal punto de que miles de familias en la región han perdido todo, evidenciándose las limitaciones y falta de previsión por parte del Estado para prever y atender esta emergencia.”
Igualmente desde la Asociación KALLPA nos cuentan que “la situación en Cusco está bastante difícil, 8 provincias de la región han sido declaradas en emergencia y la mayoría de las vías de comunicación están bloqueadas. En Sangarará la situación más crítica se refiere a la pérdida de cultivos agrícolas; toda la producción en el entorno de la laguna se ha perdido y otros cultivos han sido afectados. Este hecho representaría una pérdida de un poco más del 50% del total de cultivos de todas las comunidades”.
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